He dejado de maldecir golpes
que la vida me ha dado
para adorar cada lágrima
que el viento ha secado,
oculta entre la maleza de pasiones
empecé a despojarme de ilusiones
de espejismos en la arena
tan inciertos como cantos de sirena,
de mi vida y de la luna
cada noche, cada día
voy intentando escapar
del embrujo y agonía
que el sueño impiden llegar
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